Una corrección de estilo va mucho más allá de las modificaciones en el texto que supondrían la corrección ortográfica y la tipográfica, que suelen tener lugar en forma de corrección ortotipográfica al darse ambas al mismo tiempo. Es precisamente esta, la corrección ortotipográfica, a la que está obligada cualquier editorial que se precie sin que ello suponga un coste para el autor. Por el contrario, las empresas (o editoriales si lo desea) de autoedición cobran este servicio de corrección a los autores que lo desean realizar sobre su texto. Las editoriales de coedición —muy escasas en España— tampoco exigen el pago de las correcciones ortotipográficas que practican. 

La corrección de estilo es profunda y afecta no solo a la ortografía y la tipografía sino también a la gramática, la sintaxis y la manera personal de expresar del autor. Además, debe ser llevada a efecto por un/a especialista con sobrada experiencia en este ámbito, normalmente un escritor o un editor.  Como decimos, este tipo de corrección representa un salto cualitativo y cuantitativo, con respecto a otros tipos de corrección, en lo que respecta a la mejora del estado de un texto, literario o no.

La corrección ortográfica:

La corrección ortográfica de un texto se centra solo en la detección y sustitución de los errores ortográficos que pudieran encontrarse en un texto de cualquier naturaleza. En algunas ocasiones y según lo pactado con el autor y/o el editor. No se abordan aquí, por tanto, ni la tipografía ni el estilo del autor. Ocasionalmente, el corrector ortotipográfico puede sugerir cambios en expresiones que son correctas pero resultan imprecisas, inadecuadas o excesivamente coloquiales. 

La corrección tipográfica:

Centrada tan solo en los caracteres tipográficos: comillas, puntos, dos puntos, punto y coma, guiones, etc., puede hacerse de forma independiente de la corrección ortográfica, especialmente cuando el autor del texto se niega a que modifiquen el escrito. Así, el editor, pongamos por caso, deberá adaptar la tipografía a su propio estilo, de modo que su fondo editorial sea homogéneo en este aspecto. Algunos escritores, normalmente muy doctos en cuanto a la ortografía, se niegan a que un tercero, por muy especialista que sea, toque sus textos, permitiendo, en última instancia que se aborde la corrección de los caracteres tipográficos. 

La corrección ortotipográfica:

Se trata de la combinación de las correcciones mencionadas anteriormente y, como hemos mencionado, resulta imprescindible a la hora de llevar a cabo la publicación de una obra excepto en el caso de las empresas de autoedición, que no lo consideran condición sine quanon por razones evidentes.

La corrección de estilo

La corrección de estilo de es un tipo de intervención muy especializada sobre un texto, literario o no, que aborda tanto la gramática como la sintaxis y la morfología de toda clase de expresiones, de manera que el texto tenga una repercusión más directa en el lector y gane en brillo y belleza.

Lo habitual es que el corrector de estilo pacte con el autor de la obra el alcance de este tipo de corrección. De todos modos, todas las correcciones realizadas por el texto a ultimar son solo sugerencias al autor que este, en última instancia, debe autorizar. En muchas ocasiones el editor también aporta su parecer una vez concluido el trabajo de corrección. 

El alcance mayor de este tipo de corrección puede llegar hasta a proponer la sustitución de un final inadecuado o impreciso, la eliminación de algún personaje irrelevante y/o de párrafos redundantes o áridos. 

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