No es sencillo encuadrar una obra literaria dentro de cualquiera de los numerosos géneros literarios que actualmente siguen vigentes. Tampoco es sencillo poner de acuerdo a los estudios de la literatura acerca de qué géneros literarios conviven en la actualidad con absoluta vigencia.

Nuestra clasificación deja a un lado los antiguos géneros que han perdido su sentido, ahora que la literatura se simplifica y resulta más accesible. Géneros y subgéneros como la lírica, en su sentido más amplio, la épica o el drama. De este modo podemos centrarnos en el gran género: la novela, con sus numerosos subgéneros, y el resto de géneros literarios que siguen haciendo disfrutar a los lectores desde sus diferentes perspectivas literarias. A saber: 

La novela: el género literario más publicado.

Encuadrado en dentro del paradigma narrativo, de los más de dos millones y medio de libros que se publican cada año en todo el mundo más de la mitad corresponden al género novelístico. La característica principal de la novela como género es su trama compleja y la inclusión de personajes diversos en ella (hay excepciones en este sentido, claro). También los diálogos suelen estar muy presentes en toda novela que se precie. 

La novela se ha hecho con el gran mercado editorial por diversas razones: en primer lugar porque cumple con el principal requisito de una gran obra literaria; entretener al lector que adquiere un ejemplar. Desde este presupuesto, la novele se yergue como el gran género a través de sus diferentes variantes o subgéneros. Los enumeramos: 

  • Novela de ficción: a este subgénero pertenecen la gran mayoría de las novelas que se publican en la actualidad. Se trata de historias inventadas por el autor que, lógicamente, no se basan en testimonios reales. Dentro de la ficción podemos destacar algunas derivadas:
  • Ficción histórica: el autor hace aquí una semblanza ficticia de hechos que pudieron haber tenido lugar en algún momento de la historia, pero que no se ajustan a una cronología cierta ni a unos personajes que hayan existido jamás. Entre las ficciones históricas más destacadas se encuentran la ucronía (especulación que recrea hechos históricos que no han sucedido pero pudieran haberlo hecho. V.g.: Narración de la invasión de Londres por parte de la Armada invencible española. 
  • Ciencia ficción: al amparo de los conocimientos científicos actuales, el autor recrea una novelística irreal que bien pudiera tener lugar en el futuro o en un pasado distorsionado. La distopía encuentra su lugar dentro de este subgénero. Se trata de la recreación futura de una posible civilización humana que ha alcanzado altas cotas de desarrollo y, generalmente, de alienación. Lo cierto es que la ciencia ficción se ha centrado, por lo general y hasta el momento, en la conquista del espacio. Obras que han tenido su correlato filmográfico en sagas como Stark Trec o películas como 2001, una odisea en el espacio o Interestelar, por poner solo algunos ejemplos. 
  • Realismo mágico: género literario creado por el escritor colombiano Gabriel García Márquez que combina un relato real con toques importantes de magia. Otros autores, como la chilena Isabel Allende, han sido también exponentes de un género tan nuevo y tan personalista.
  • Novela romántica: se trata de uno de los subgéneros literarios más explotados por editores de todo el planeta. Dos personas se enamoran en tal o cual contexto e interrelacionan con su entorno desde esta perspectiva. La acción puede ser bélica, épica o fantasiosa, pero el motivo principal suele ser el amor y la defensa de un orden mundial basado en la premisa amorosa.   
  • Novela negra: partiendo de los países nórdicos como referencia, este subgénero literario se ha extendido a todo el mundo gracias al alto grado de incertidumbre que nos ofrecen sus autores. Cabe distinguir, dentro del subgénero, algunas variantes como la novela policiaca, en la que la trama policial es el motivo principal de una obra presidida por uno o diversos asesinatos,  la novela negra clásica, con personajes marcadamente tradicionales (policías acabados, bandas criminales, chivatos, etc.) o el noir actual, más abierto a nuevas experiencias negras como el secuestro o la tortura psicológica.     
  • Novela histórica: subgénero creciente a lo largo de los decenios 1990, 2000 y 2010, en la actualidad su mercado parece haber estabilizado el número de lectores, que sigue siendo muy importante y representativo dentro de los lectores del género literario novelístico. Se trata de la recreación real de sucesos, lugares y personajes que tuvieron lugar en una antigüedad más o menos reciente. La fidelidad con dichos acontecimientos de corte histórico va a depender el autor y siempre se incluyen en estas novelas pasajes y diálogos que no han tenido lugar o, al menos, que no es seguro que sucedieran al no encontrarse datados. El Imperio romano, la conquista de América, las Guerras Mundiales, los visigodos, las invasiones normandas… son muchos los acontecimientos históricos que los escritores acaban por convertir en magníficas novelas históricas para solaz de lectores inquietos. Dentro de este subgénero cabe diferenciar entre la novela de ambientación histórica y la novela histórica stricto sensu. En la primera, la acción tiene lugar en un contexto histórico, previamente seleccionado por el autor, pero no guarda relación precisa con el periodo en cuestión. Por ejemplo: el amor de una pareja durante la II Guerra Mundial que bien podría haber tenido lugar en una nave espacial, porque el motivo principal de la novela no son aquellos acontecimientos históricos sino la relación amorosa. Tampoco los personajes tienen por qué haber vivido. En el segundo caso, el autor se asegura de que al menos un setenta por ciento de la obra responde fidedignamente a los hechos y personajes históricos. En este caso, una obra sobre Isabel la Católica que ponga en valor su relación personal con Cristóbal Colón podría servir como ejemplo.
  • Novela de fantasía: figuras como Tolkien han sabido hacer de un género aparentemente menor un gran género. En estas novelas, aunque el atrezo descriptivo pueda ser atribuido a alguna época pasada —generalmente el Medioevo— la acción, los personajes y el entorno son fruto de la imaginación del autor casi íntegramente.         
  • Novela juvenil: algunos jóvenes han sentido la vocación lectora después de ver en los escaparates de las librerías obras que se destinan a ellos casi con exclusividad. Dentro de este enorme paradigma novelística podemos encontrar novelas de fantasía juvenil (e infantil, según se mire) como es el caso de las que protagoniza el célebre adolescente Harry Potter. Las novelas de amor juvenil también juegan un papel destacado en el mercado editorial del subgénero novelístico para jóvenes. También siguen estando vigentes las novelas juveniles de aventuras que iniciaran su andadura de la mano de Julio Verne y obras tan magistrales como Cien mil leguas de viaje submarino.
  • Novela corta: entendemos por este subgénero a todas aquellas obras de carácter novelístico que, independientemente de su contenido, no rebasa las 200 páginas. Se trata de un subgénero que trata de eliminar lo superfluo para concentrarse en los aspectos esenciales de la trama y los personajes. Casi todos los grandes novelistas han escrito obras cortas; el mismísimo Miguel de Cervantes, Borges o Jack London son ejemplos de este tipo de obras a las que también se encuadra como Narrativa breve o novela breve. Si bien hasta no hace mucho este subgénero era calificado como «de obras menores», en la actualidad no cabe tildarlo de este modo, concurriendo prosas extraordinarias dentro de la obra corta novelística. El cuento y la novela breve resultan muy difíciles de diferenciar en no pocas ocasiones. A menos, claro está, que los protagonistas del cuento sean animales, en cuyo caso estaremos ante una fábula.
  • Novela gráfica: este subgénero remonta la caída del cómic, después que este sucumbiera a los avatares del mercado editorial pasados los años ochenta. Más compleja que el cómic e igualmente ilustrada, la novela gráfica cuenta, en la actualidad, con gran número de adeptos en todo el mundo y con autores más que interesantes, capaces de soberbias composiciones. En ocasiones es muy difícil diferenciar una novela corta de una novela gráfica; todo va a depender del número de láminas que se incluyan en una u otra, debiendo contar la novela gráfica con la mayor parte de la obra en forma de dibujos que incluyen texto dialogado y narración a pie y cabecera.     

La poesía como género literario.

La poesía es, para muchos estudiosos de los géneros literarios, el más difícil. Es verdad que un poema ad hoc dedicado a algún amorío lo puede escribir cualquiera, pero también es cierto que la poesía con mayúscula es privativa de unos pocos escritores de pluma sutil. Por poner un ejemplo, el realismo sucio de Bukowsky ha sido imitado por miles de poetas y sin embargo solo él y Carver han sido capaces de hacer poesía de la grande partiendo de lo más bajo. También Neruda tiene miles de acólitos escribientes que no alcanzan, siquiera, a entender la poesía mágica del premio nobel chileno.   

Conviene diferenciar entre los diferentes subgéneros de la poesía: la prosa poética, en la que la combinación de poesía con prosa da como resultado un poemario completo, la poesía ilustrada, muy en auge en la actualidad, en lugar de combinar la poesía con prosa lo hace con ilustraciones, el hayku, la manera japonesa que combina ilustraciones minimalistas de corte oriental con breves poemas con mucho «aire» alrededor y el subgénero ya mencionado del realismo sucio, cuyos máximos exponentes han sido Carver y Bukowsly. 

La divulgación; un género con muchos subgéneros diferentes.

La didáctica, que dirían los antiguos o divulgación, que se diría en los tiempos actuales, tiene muchas derivadas, algunas de ellas muy distantes entre sí. Las vemos: 

  • Biografía: que narra de la manera más fidedigna posible, la vida de personajes egregios y no tanto (escribir la vida de un familiar nuestro pertenece también al género biográfico.
  • Ensayo: destinado a poner de relevancia y analizar uno o varios temas determinados, se trata de un género bastante diezmado en cuanto a sus seguidores y a sus autores; bien es verdad que nuestra sociedad se basa en los postulados que se han ido sucediendo en numerosos ensayos desde Aristóteles hasta nuestros días. Los contenidos divulgativos del ensayo, en la actualidad, resultan más breves y ligeros de contenido que los que se publicaban hace tan solo algunas décadas. 
  • Tratado: en el que se exponen postulados de carácter científico, a diferencia del ensayo, que aborda temas más inespecíficos relacionados con la Filosofía y algunas Humanidades. 

Además, de mucho menor espectro lector, podemos incluir en este listado subgéneros como la crónica (de actualidad o histórica), la fábula, el aforismo, el manual didáctico o las obras de carácter epistolar, hoy en franca decadencia. 

El teatro.    

La dramaturgia tiene poca cabida en el fondo editorial de las editoriales de ahora, salvando, claro está a clásicos como Lope de Vega, Calderón de la Barca o Shakespeare. Porque el teatro actual no suele ser un género leído sino visto en salas por los espectadores. Tragedia, comedia, tragicomedia —como la magnífica Tragicomedia de Calixto y Melibea, de Fernando de Rojas—, melodrama, farsa o teatro del absurdo son algunos de los subgéneros del género dramático. 

Estos son los géneros literarios actuales de que disponen autores y lectores. Los primeros para trabajar y los segundos para su solaz. 

Por último, comentar que la mayor gloria que puede alcanzar un autor es convertirse, él mismo y sus trabajos, en un género; es el caso del ya mencionado Gabriel García Márquez y su Realismo mágico

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